Rapidito: Parce... no se me paró

Parce... no se me paró. Fue su forma de resumir lo que sintió. Para luego contarme lo que hizo el día anterior.

" 4:00 AM y estábamos en la casa de Alejandro, a donde terminamos después de la película. Empezamos a tomar ron y a hablar hasta que Sebastian dijo que jugáramos a “yo nunca he”. Entonces empezamos a tomar más y fuimos revelando esas cosas que por lo general no contamos pero que decimos porque nos tranquiliza darnos cuenta que no somos lo únicos que lo hemos hecho. Ahora era “Pico botella” y nos besamos una y otra vez. Los besos con todos eran cortos a excepción de Sebastian. Es que él era el objeto de mi interés aunque penas lo hubiera conocido el día anterior. Se nos fue el tiempo hasta que al amanecer la luz fastidiaba en los ojos y fuimos a la habitación de Alejandro. Cuando la botella caía en medio de dos, era un beso triple. Más tarde empezamos a jugar con prendas y ronda tras ronda fuimos quedando desnudos, hasta ocupar las dos manos, una para taparse y otra para girar la botella. Ya estábamos cansados de besos en la boca, ahora era un beso en cualquier otra parte de cuerpo y fueron tetillas, abdomen, muslos… y qué más hacer, parecía ser el límite, pero habíamos pasado la parte más difícil, tener al otro desnudo en frente. Mateo y Julián se gustaban y a

Alejandro le gustaban los dos y a Sebastián lo excitaba Julián y a mi me gustaba Sebastián. Mateo y Sebastián se empezaron a besar e invitaron a Alejandro a participar. Terminamos los cinco en la cama. Mateo, Julián y Alejandro se besaban y tocaban mientras Sebastián en momentos participaba. Yo sólo lo besaba a él. No teníamos nada, no somos nada pero en medio de aquello quería tocarlo a él. Con sólo ver a los demás se me perdía la excitación. Toque a Sebastián hasta que Mateo me aparto para encargarse él y hasta ese momento fui participante de aquella mezcla de cuerpos, lujuria y saliva. Todo se volvió bizarro y me sentí vacío. No había nada, sólo cuerpos buscando satisfacer sus impulsos pero mi cuerpo no sentía nada. Traté de convencerme que no era un momento para pensar. Me puse los boxers y me quedé mirando a cuatro tipos buenísimos, calientes y ganosos que se recorrían con sus lenguas y se comían con sus bocas, imagíese el espectáculo tan excitante... pero sabe qué Parce…. no se me paró."

Sólo escuché pero tuve que pensar en cuáles son los límites a los que estaría dispuesto a llegar sin pensar y sin sentir y si irremediablente después sentiría un vacío enorme.

Saludos.