martes, octubre 07, 2014

Carta para Juan #1. Chuchú.

Hola Juan.

Me quedó sonando tu propuesta de escribir estas historias de desaciertos amorosos y lo hago para tu disfrute en medio de los vientos del otoño y las tareas de la universidad.

Tu me presentaste a Chuchú esa noche en la que estábamos celebrando tu cumpleaños y me gustó. Empecemos por ahí, me gustó. Es difícil que a mí me guste alguien y Chuchú me gusto. Esas cejas, esa sonrisa, esa forma de ser dulce e inocente. Antes de irse le pedí el número y quería llamarlo. Justo al siguiente día apareció Jhonathan y como ya estaba saliendo con él, decidí respetar la prioridad y no llamar a Chuchú. Con Jonathan salí como siete meses así que la oportunidad con Chuchú se esfumó.

Hace unos meses hablando contigo de mi futuro amoroso me acordé de Chuchú y de una lo llamaste. Así supimos que estaba viviendo en Cartagena y eso me bajó el ánimo. La distancia es siempre un gran obstáculo y más para lo que todavía no es. Sin embargo, hice la primera comunicación por WhatsApp. Le escribí diciéndole que él vivía en pecado, que estaba enfermo y que Jehová era el camino. Como era de esperar lo tomé fuera de base y la curiosidad le fue ganando hasta que le dije quién era yo y empezamos a conversar. Yo empecé a saludarlo en las mañanas y a despedirme en las noches y Chuchú empezó a responder. A veces hasta me saludaba primero. Así siguieron los mensajes unas dos o tres semanas y luego algunos días de silencios y después algún otro saludo y así. Yo no esperaba algo más pero me parecía una situación agradable.

Un sábado yo había acordado un encuentro con JuanSan. Tu sabes como está de bueno y cuadramos para que llegara a mi casa por la noche. Mi idea no era salir, más bien amanecer y probablemente acompañado por JuanSan. Inesperadamente llamó Chuchú a decirme que estaba en Medellín y que sería rico que nos viéramos. Yo me alegré mucho por lo de Chuchú y me sentí enredado con lo de JuanSan. Mi plan fue decirle a JuanSan que iba a salir después de nuestro encuentro. JuanSan no tuvo problema, vino a mi casa, cenamos y luego nos relajamos como solemos hacerlo. Hablé con Chuchú y él quedó en pasar a recogerme para salir. A JuanSan le dió porque quería salir también e hizo caras y sacó sus típicas manipulaciones, que que rico salir, que estaba aburrido, que no tenía plata y como ya me lo conozco no lo invité pero le dije que lo llevábamos en el taxi y así fue. Terminamos llegando al parque del Poblado en el mismo taxi Chuchú, JuanSan y yo. 

Después del parque siguió ir a bailar. Estuve muy cercano a Chuchú, bailamos rico, me dijo que fuera a visitarlo a Cartagena y yo le dije que así iba a ser. Al momento de irnos, le propuse que amaneciera en mi casa y él accedió. Dormimos, estábamos muy cansados. En algún momento de la madrugada hubo un acercamiento con casi todo pero sin un feliz término. Me gustó mucho. Nos abrazamos y dormimos hasta el otro día cuando me desperté porque él había entrado al baño. Yo me levanté, le ofrecí desayuno y él solo dijo que se quería ir y se fue.

En las conversaciones posteriores me preguntó por JuanSan, por lo que éramos o lo que hacíamos y yo evadí el tema. A la siguiente semana lo primero que hice fue buscar tiquete para Cartagena. Le pregunté a Chuchú si podía ir y si me recibía y dijo que sí. Los siguientes días yo le escribía y las respuestas eran muy limitadas en comparación a la forma en la que hablábamos antes de él venir a Medellín. Por ahí en una conversación antes del viaje, volvió a salir el tema de JuanSan. Yo le dije que simplemente no tenía algo con él.

Llegué a Cartagena, me encontré para cenar con la familia de mi ex y después llegué a donde Chuchú. Le di los regalos, hablamos y me acerqué para un abrazo y noté un poco de resistencia. Igual, como soy persistente, en algún momento lo abracé mucho y terminamos echados en la cama hablando. En la conversación le conté lo que pensaba de él, lo mucho que me gustaba y como me gustaría que se pudiera dar una relación, aunque estaba consciente de la distancia. Él me dijo que me diría lo que él pensaba a lo largo del fin de semana. Me pareció curioso que me dijera eso pero bueno. Así nos la pasamos abrazados en la cama hasta que era casi media noche, hora en la que se sale a rumbear en Cartagena. 

Fuimos a un bar muy chévere en el centro histórico, me presentó algunas amigas y conversamos y disfrutamos la música. A altas horas de la noche fuimos a un lugar de moda al que entramos gratis gracias al levante de una de las amigas y finalmente a la casa. Nos acostamos y dormimos juntos Chuchú, el aire acondicionado y yo. No pasó nada más allá de abrazos.

Al siguiente día Chuchú se levantó y fue a recoger un examen de VIH que se había hecho, con resultados no reactivos. Hice el desayuno, hicimos más pereza, preparamos la nevera, el vino rosado, el ginebra y luego del mediodía salimos a buscar almuerzo y comprar hielo y aguas tónicas para pasar la tarde en la playa con el sol, la música y algunos tragos.

A eso de las 6:30 PM pasó 'casualmente' por nuestra carpa un muchacho llamado AndrésX, según entendí, amigo reciente de Chuchú. Hablamos, compartimos el vino y nos despedimos. Ya en la casa Chuchú y yo nos recostamos de nuevo y Chuchú se quejó de la espalda. El tema de la espalda no era nuevo, ya sabía desde hacía semanas que tiene algunos dolores y aún en la la playa habíamos hablado de eso y le ofrecí un masaje. Así que le recordé la oferta y él la aceptó sin vacilar. Como te imaginarás, el masaje tuvo un 'happy ending.' 

Lo que siguió fue ducha y yo empecé a hacer la cena. En esas estaba cuando Chuchú dijo que el man de la playa, AndrésX, iba a venir y se puso a organizar todo y se cambió la ropa y demás. Yo me di cuenta que en la basura estaba bastante visible mucho papel higiénico y un condón y le dije que ojo con la basura. Él hizo la pausa, sacó la bolsa, la cerró y me dijo: "Sí, amigo, para que no me pase como a usted." Yo le pregunté el porqué decía eso y me dijo que ese día en mi casa, cuando usó el baño, había visto el condón que yo había usado con JuanSan. A mi se me mezclaron cosas en la cabeza y me sentí contrariado. De lo que me dijo, lo que más me sonó fue ese 'amigo', palabra que siguió usando a partir de ese momento para dirigirse a mí. Llegó AndrésX, conversamos con él, hubo siesta previa antes de la rumba, en una habitación Chuchú y AndrésX y en la otra el aire acondicionado y yo.

Más tarde salimos a un sitio de rumba y yo traté de distraerme con la música, mientras esos dos se comían a besos. Al final de la rumba nos fuimos a dormir, cada quien con su acompañante, es decir, a mi me tocó con el aire acondicionado.

El domingo nos levantamos más temprano, acercamos a AndrésX a su casa y fuimos a desayunar y luego a la playa. Yo no podía ocultar esa mezcla de cosas y le pregunté a Chuchú si él había considerado en serio lo de una relación. Yo le pregunté que si acaso mientras hablamos por WhatsApp él no había tenido nada con nadie. Me dijo que él en Cartagena casi no conocía a nadie, que casi no salía con manes y yo le dije que entonces era circunstancial, que no era porque él no quisiera si no porque le era difícil y él me dijo que para cerrar el tema, que sí, que había tenido la 'disposición' para una relación a distancia.

Yo no ahondé más en el tema porque no me sentía bien. Por un lado veía como él hacía ver todo como que yo la cagué , y yo le daba la razón, y por otro yo sentía que él tampoco es un alma de Dios y disfrutaba toda la situación en la que yo había terminado. Es más, me parecía hasta algo premeditado. 

Todo termina en que fuimos a almorzar, yo empaqué mis cosas, me despedí no muy efusivamente y me fui al aeropuerto.

Y así termina la historia Juan. Yo acepto que el asunto del condón en la basura pudo haber sido una justificación válida para matar lo que no nació pero mi reclamo está en que de haber sabido que así estaban las cosas, hubiera o cancelado el fin de semana en Cartagena o al menos no hubiera echado en la maleta algunos sentimientos y emociones junto al bloqueador y los regalos. 

Juan, un abrazo largo.

Andrés.

viernes, septiembre 02, 2011

Sobre la Fidelidad


Clara, evidente, manda la libido
La fidelidad, brumosa palabra
Con su incierta lista de gestos prohibidos
Muerde siempre menos de lo que ladra.

Señores, estuve leyendo un poco (muy poco, la verdad) sobre tan indefinido tema y resulta que los gringos me abrieron los ojos porque yo pensaba que ‘Faithfulness’ era el equivalente de fidelidad y me encuentro con que es lo mismo que ‘Monogamy’ y leyendo dice claramente que la monogamia no es natural y que hasta Freud dijo: “todos somos polígamos reprimidos.” Es más, los animales pueden tener una sola una pareja pero eso no quiere decir que no tengan encuentros sexuales con otros. O sea señores lectores que si ni siquiera se salvan los pingüinos no hay más que aceptar que somos infieles por naturaleza o al menos, polígamos sexuales por naturaleza.

Estarán de acuerdo con que la fidelidad es uno de esos ideales que nos han vendido toda la vida, sobre todo, desde la iglesia católica y es algo tan difícil que hay que prometerla no solo ante los hombres si no ante el mismo Dios. Es uno de esos ideales divinos en este mundo habitado por simples humanos. Y si uno se pone a ver, lo opuesto, la infidelidad, es común y socialmente aceptada o si no que digan algo nuestras abuelas y mamás que han sabido mantener matrimonios de toda una vida por su infinita capacidad de perdonar las infidelidades y hasta los hijos por fuera del matrimonio. Yo mismo he escuchado a una mujer decir algo como: “yo se que José me pone cachos pero lo importante es que no se deje pillar.” 

Entonces, por naturaleza no somos fieles pero ante la sociedad si hay que serlo o al menos, parecerlo. Así parece resumirse, un asunto social, de imagen, de apariencia, de deber ser. Hay que ser, al menos, socialmente fieles. Otra cosa es hablar del sexo.

Si ser fiel es contra natura y ser infiel es socialmente aceptado, mi pregunta ahora es ¿por qué se debería ser fiel?

Sin pensarlo mucho, creo que le toca ser fiel a quien la naturaleza no dotó de mucha belleza y que se aferra con todas sus fuerzas a quien tenga a su lado. Porque piensen señores, si ustedes fueran todavía más papacitos y se pudieran levantar a quien quisieran, cuando quisieran, creo yo, no estarían muy interesados en comer todos los días la misma comida. ¿O sí?

Puede que le toque ser fiel al que depende del otro, como cuando no tiene plata. Porque les pregunto señores, si ustedes tuvieran áun más plata, así, tipo jeque árabe, ¿no se armaría un harem lleno de hombres deliciosos?

Conozco de alguien que es fiel por puro y sincero agradecimiento, porque no es capaz de ponerle los cachos a su pareja quien es dedicado, atento, cariñoso y sobre todo que también le es fiel -eso cree-.

Tengo otro amigo que dice que cuando se establece una pareja existe una conexión invisible a nivel energético que se rompe en el momento en que uno de los dos pone los cachos y por bien de sus energías mantiene esa conexión.

Alguien más piensa que ser fiel es muy fácil mientras el otro le guste mucho porque hay sustento desde la emoción. Sobre todo durante el periodo del enamoramiento. Cuando el gusto disminuye, la racionalidad entra en juego y la dificultad para ser fiel aumenta considerablemente. 

Yo estoy de acuerdo con ser fiel. Sé que es un ideal pero lo quiero en mis relaciones y considero que es cuestión de respeto y sobre todo honestidad, con el otro y con uno mismo.

La naturaleza no ayuda, por eso cuando se decide entre dos hombres que han de ser fieles el uno al otro se está hablando de un esfuerzo que considero mayor al de un hombre y una mujer. Se está hablando de ser fieles a pesar de las críticas, la envidia, los comentarios y los chismes a los que lamentablemente se ven sometidos por parte de las locas envidiosas, se está hablando de no caer ante el sexo con alguien más, que fácilmente se consigue en cualquier parte.

Es cuestión de honestidad, no solo con el otro si no con uno mismo. Cuando uno está contento en una relación, con su pareja, con la dinámica que han establecido, no hay justificación para estar buscando en otros espacios u otros cuerpos. Y cuando pasa, cuando uno se descubre buscando lejos de la casa, no hay mejor indicador para saber que algo no está bien y que es hora de tomar la decisión antes de que sea tarde.

Creo que es cuestión personal antes que de pareja, porque al otro se le puede engañar y el otro hasta puede hacerse el ciego ante la verdad, pero sólo uno puede sentirse bien, en cierta forma, solo uno puede ser fiel a sí mismo.

Este tema tiene mucha tela de donde cortar y no soy el más experto pero si me gustaría escuchar de ustedes señores cuál es la motivación que tienen para ser fieles o si tienen otro punto de vista del asunto. 

Saludos.

miércoles, agosto 17, 2011

Rapidito: Sin el pan y sin el queso

Luego de dos años de relación estable vuelvo a lidiar con la soltería y con situaciones para las cuales no me siento preparado. Ojo pues al drama.

A J.Andrés lo conocí hace algunos años en Cali. Era modelo y tenía con qué. Pasamos bueno y seguimos en contacto por Messenger y algunas veces por teléfono a altas horas de la noche cuando él buscaba una paja telefónica.

A J.Pablo lo conocí también hace años. Es abogado y tiene una cara bonita y una forma de ser muy política que hace sentir a todo el mundo bien. El contacto con J.Pablo ha sido una mezcla de Messenger, mensajes de texto y encuentros casuales en la rumba. Desde que estoy soltero no ha llamado mucho, no ha habido mensajes sin embargo hace unos días me lo encontré rumbeando. Yo estaba con un amigo y J.Pablo se acercó y no descansó hasta robarme un beso en frente de mi amigo. Yo me fui y no volvimos a hablar.

Supe que J.Andrés estaba en Medellín por la Feria y le escribí para que se pusiera en contacto. Me respondió y cuadramos salir. Mis expectativas no iban más allá de sacarlo por la ciudad y pasar un buen rato.

Casualmente otro amigo, llamado David, vino de Bogotá también para el fin de semana. La importancia en la historia está en que fue el testigo de todo lo que pasó.

J.Andrés vino a mi casa, conversamos un rato y esperamos a que David llegara de Bogotá para salir a rumbear. Le repetí muchas veces que estaba muy bonito, y lo estaba. Me gustó verlo más serio, con más carne y con esa barba sexy que hace que las cejas y esa boca deliciosa se vean mucho mejor.

Salimos a rumbear, fuimos al Lleras y a pesar de que estaba lloviendo obtuvimos lo que el Lleras siempre puede ofrecer, muchos tipos buenos que ver y buenos shots . De forma que con algo de alcohol en la sangre y más alegres nos fuimos a rumbear al sitio de moda y que siempre tiene gente. Bailamos, tomamos más shots y J.Andrés y yo nos dimos besitos y quedó prácticamente cuadrado que él amanecería conmigo. 

Rumbeamos hasta que nos echaron a las 2:30 AM. A esa hora me llamó J.Pablo y me dijo que estaba en otro sitio en donde la rumba era hasta la madrugada y con lo animados que estábamos todos, nos fuimos David, J.Andrés y yo para allá.

Fue sólo llegar y J.Pablo se acercó, me saludó con uno de esos abrazos largos que siempre me da y prácticamente se hizo con nosotros en la mesa. Le presenté a mis acompañantes y me habló de cerca, asegurándose de hablarme en la oreja y bajar hasta el cuello. Se fue.

Seguimos bailando y yo me acerqué a J.Andrés, a seguir diciéndole cosas al oído y a mirarlo con deseo y en esas estaba cuando J.Pablo volvió y me dijo que fuéramos al baño. Yo fui con él, porque la verdad quería ir con él. J.Andrés se fue detrás, llegó al baño y me dijo que le prestara el móvil para llamar al chofer que lo iba a recoger. Yo le dije que no, que no se fuera que yo hablaba con J.Pablo algo y ya le caía.

J.Pablo no perdió el tiempo, se me acercó más y trató de besarme. Yo no me dejé porque sabía que J.Andrés estaba atrás. Le dije que me gustaba mucho y él dijo lo mismo. Apenas quedó libre un baño me metió con él. Me besó con pasión y como no lo esperaba, me bajó los pantalones y me chupó la verga. Yo me dejé llevar, él mostraba tantas ganas. Me preguntó qué quería, que si me la metía o yo a él. No creí que fuera en serio y le dije que yo a él. Así que él sacó un condón, me lo puso y no les miento al decirles que él mismo se la metió y se movió hasta que yo terminé. Me sentí hasta violado.

Salimos. Creo que habían pasado unos quince minutos desde que J.Pablo me había metido al baño y J.Andrés estaba ahí. Me cogió la mano y me dijo que lo acompañara afuera que iba a buscar alguien que vendiera minutos para llamar al chofer. Salí con él y vi como J.Pablo también salió, tomó un taxi con sus amigos y se fue.

J.Andrés compró un cigarrillo y empezó a decirme todo lo que me iba a decir. Recuerdo el tono y creo que algunas frases.

-"Me hubieras dicho que me fuera desde el otro sitio, no teníamos que venir acá para que me hicieras esto"
-"Vos sabías que ese man estaba acá y por eso vinimos yo mejor me hubiera ido"
-"Esto que me hiciste es lo peor que me han hecho en la vida, es de quinta"
-"Eso que hiciste en el baño era lo que íbamos a hacer pero a lo bien, iba a ser una cosa chévere, algo rico hasta mañana"
-"Yo no sé qué es lo tengás con ese man ni me interesa pero estabas era conmigo y sólo por hoy, yo me voy mañana y quien sabe cuándo nos volvíamos a ver"
-"Si vuelvo acá, créeme que no te voy a buscar y si me ves, por favor, ni me saludés. Y si vas a Cali, ni se te ocurra llamarme"
-"Vos podes estar bueno y tener tu apartamento y todo pero ya tenés veinte nueve años y no estás para hacer este tipo de cosas"
-"Y ahora qué, ya te metiste con ese man y en un baño, -cosa más baja- y para qué, ya se fue, yo me voy y vos con qué te quedás, con nada. En vez de que amaneciéramos juntos vas a amanecer solo. Y si no madurás, solo te vas a quedar"

Durante todo el rato, como veinte minutos, mientras llegaba el chofer, no dije nada. J.Andrés, al final me preguntó:

-"¿Y vos qué, no me decís nada?"
-"No, no te voy a decir nada. Vos tenés toda la razón. Sólo quiero estar con vos acá hasta que te recojan porque aunque no me creas, quiero que estés bien. La cagué y asumo las consecuencias"

En ese momento llegó el carro, J.Andrés se fue a montar y antes de cerrar la puerta me gritó: 
-"Vos sos un hijeputa" 

Yo volví a buscar a David y tomamos un taxi para la casa. Le conté la parte que él no vio y le pregunté él qué hubiera hecho a lo que me dijo lleno de infinita sabiduría: 
-"Pues, me quedo con el más bueno"

Así que señores, nada que hacer, primera vez que me arman show fuera de una discoteca, primera vez que tengo sexo en un baño,  primera vez que hago tamaña cagada y primera vez que me dicen que soy un hijueputa. Además, J.Pablo a estas alturas, no se reporta.

Les dije que era drama.

Saludos.

martes, octubre 05, 2010

Rapidito: Huérfanos

Hace no mucho, pensando en mi círculo de amigos homosexuales, llegué a la conclusión que casi todos de una u otra forma somos huérfanos de padre y entre más me conozco y conozco de estas personas me doy cuenta que hay una especie de patrón, una vivencia común que no deja de causarme curiosidad.

Empecemos por mí, Andrés. Mi padre se ausentaba frecuentemente de la casa por motivos de trabajo y en las noches casi siempre estaba involucrado en actividades extras. Murió cuando yo tenía siete años lo que oficialmente me permite llevar el titulo de huérfano de padre hasta el día de hoy, a diferencia de los otros casos en los cuales sus padres aún respiran.

En el caso de David su padre también estaba ausente en su casa por motivos de trabajo. Tenía que trabajar mucho. Tanto como para sostener a dos familias pues mantenía una relación con otra mujer y tenía otros hijos. Finalmente vino una crisis económica, perdieron casi todo, se descubrió el engaño y desde ese momento, para David, la imagen de su padre cambió.

Alex vivía en el campo. Su padre era un próspero hacendado y no le faltaba nada. Mientras crecía veía como su padre golpeaba y abusaba de su mamá y también sabía que no era suficientemente grande como para defenderla. Después llegó la violencia y les quitó todo y aunque su padre aun vive, no hace parte de la vida de Alex.

Desde pequeño Juan vio que ni él ni sus hermanos estaban en la parte más alta de la lista de afectos de su padre para quien, toda su vida, su mayor preocupación ha sido su finca y todo lo demás en torno a ella, las vacas, el abono, los químicos. Su padre ayudo a engendrar cuatro hijos pero en esa casa fue su madre, sola, la que crió a los cinco niños. Juan no ha podido ver el padre que siempre quiso.

Y si sigo pensando en los amigos o conocidos homosexuales sigo encontrando esta coincidencia. Como todo en la vida, no se puede generalizar. Por ejemplo tengo un primo que terminó siendo lo que mi mamá llamaría 'normal.' Está casado y es padre de dos hijos a pesar de que tuvo una infancia dura que incluye trabajar sin estudiar, que su padre lo abusaba y que finalmente los abandonara.

Me quedan dudas con esta coincidencia entre la orfandad de padre y la homosexualidad y sé que no puedo responderlas por el simple hecho de que me faltaron más o menos cinco años de sicología y otros tantos de especialización pero si puedo plantear preguntas como: ¿Será que somos homosexuales porque no pudimos asumir una imagen masculina positiva? o ¿Asumimos la imagen femenina en solidaridad con la madre? o ¿Seguimos buscando el afecto de un hombre que no encontramos en nuestro padre?

Me gustaría bastante oír sus opiniones o si tienen la respuesta, mucho mejor.

Se cuidan


Andrés.
-end-

sábado, julio 17, 2010

Que alguien me lo saque

Andrés: Que alguien te saque qué?
Hugo: Francisco
Andrés: Pero es que nadie te lo metió
Andrés: tu te lo metiste solito
Andrés: y tu solito vas a tener que sacártelo
Andrés: Es como cuando uno se mete una botella?
Hugo: ^o) qué? cuál botella? yo no me he metido nada

Y todo fue porque esta mañana desayunando con los Juanes terminamos hablando de unos vídeos que habíamos visto en los cuales a alguien le da por meterse una botella recto arriba con horribles consecuencias y aunque la comparación más que odiosa puede ser asquerosa me puse a pensar si el hecho de que uno se meta a una persona en la cabeza y en el corazón no se asemeja en algo a meterse una botella. No lo he hecho pero mi imaginación me da para pensar que la experiencia completa no dista mucho.

El sujeto. Hay ganas, deseo, necesidad o alguna fuerte sensación que se quiere calmar. El sujeto tiene la disposición, la idea que ronda en su cabeza no sobre lo que quiere si no el cómo lo va a obtener.

El objeto. Puede ser que las simples casualidades de la vida hicieron que una botella vacía de gaseosa estuviera en ese momento en la habitación del sujeto. Ela ahí, inmóvil, estática y totalmente ignorante... pues claro, si es una botella. La botella no decide sobre lo que es ni sobre lo que será en algunos momentos.

La respuesta. El sujeto puede buscar en su entorno, piensa, desea y ahora sólo busca la satisfacción. Le búsqueda termina cuando ve la botella. La mira y se pregunta si pudiera ser lo que necesita. La toma y la analiza preguntándose si pudiera cumplir sus demandas. La palpa, la siente y encuentra que es dura y estriada. La respuesta.

La preparación. El sujeto sabe que hay que prepararse y se provee de lo necesario para facilitarle a la botella su objetivo. Ha de estar lubricada, ha de ser dirigida al interior cual explorador de nuevos mundos. Eso pensaría la botella, si pensara. Tan sólo falta posicionarse y acercar el extremo superior de uno al extremo inferior del otro.

El acto. Contacto con la superficie externa. Presión de empuje constante. Velocidad lenta. Inicia proceso de entrada. Avance 0.5 cm. Condiciones favorables. Se experimenta resistencia. Se detiene avance. Espera. Nuevamente se inicia el proceso. Se alcanza mayor profundidad. Mayor empuje. Nivel de avance 60%. Inicia proceso de lenta fricción contra las superficies presentes. Aumenta velocidad del movimiento. Se inicia secuencia de retroceso. Para. Avance. Para. Retroceso. Para. Avance. Secuencia de movimientos combinados a máxima intensidad. Se siente un gran espasmo. Choque contra la superficie. Pérdida de aire. Creación de vacío. Objeto acoplado permanentemente en superficie. ¡Houston, lo hemos logrado!

El problema. El sujeto ha satisfecho su deseo y el paso a seguir es deshacerse de las evidencias de lo que pasó empezando por lo más fluido y siguiendo con lo más rígido. De lo primero se deshace en la ropa sucia y lo segundo sabe que tiene que hacerlo despacio. Toma con firmeza la botella y de forma firme y lenta hala en la dirección opuesta a la que le dictó su deseo. Es comprensible, ya cumplió su objetivo y no hay razón para dejarla en donde está. Además la vida debe seguir y hay otras cosas de que ocuparse y sería difícil con la botella ubicada en donde está. Hala. Pausa ¿Hay resistencia? Hala una vez más, ahora con más fuerza. La botella no avanza. Hala más fuerte. Houston, experimentamos fuerzas de empuje hacia el exterior. No hay problema, el acople a la superficie se mantiene firme. Dolor. El sujeto se da cuenta que tiene un gran problema.

La negación. "No puede ser, esto no me puede estar pasando."

La rabia. "Salí, dale, a ver, maldita botella." Dolor

La fe. "Señor, que salga. Si sale te prometo que doy un mercado a los pobres."

La presión. "No, ya van a llegar mis papás ¿Qué hora es?"

El autoflagelo. "Por gracioso, quién me mandó, nadie. Es que sólo a mí se me ocurren estas cosas"

La desesperación. "qué voy a hacer, qué voy a hacer, qué voy a a haceeeer?"

La calma. "Cálmate, respira, piensa Que-voy-a-hacer? ...qué voy a hacer, qué voy a haceeeer?"

Las opciones. Y es justo en esta parte Hugo que yo digo que estás tú. Esa botella ya está adentro y preguntas por alguien que te la saque. Bueno, vamos a pensar en las alternativas.

Alternativa 1: La paciencia. Consiste en esperar pacientemente a que por algún tipo de movimiento involuntario y fortuito el vacío que mantiene la botella bien fijada a tu interior se llene de aire y la botella simplemente busque la salida. Probablemente va a tomar su tiempo y esperemos que la capacidad de tu cuerpo para adaptarse a los cambios no sea tal que se acostumbre a su nueva extensión. El cuerpo es así, luchará por sacar lo que no le pertenece pero al ver que no puede deshacerse del objeto extraño buscara como acogerlo, rodearlo y atraparlo así sea en su interior. Guacala! no me imagino la botella finalmente recubierta de piel y pendiendo permanentemente del recto.

Alternativa 2: La autosuficiencia. Puedes llegar a pensar que la solución está en tus manos y que tú debes solucionarlo por ti mismo. Es en ese momento en que piensas que la solución está en quebrar la botella. Puede ser un error que pagues literalmente con sangre así que te aconsejo que no lo intentes. Tal vez si le perforas una entrada de aire. Una sierra. No, no, no. Es vidrio.

Alternativa 3: Un profesional. Lleva muchos pasos, desde el desplazamiento hasta el profesional, hasta explicarle - si llegara a ser necesario- cómo terminaste con una botella... ahí. La vergüenza. Pero hay esperanza. Se necesita avisar a un familiar. No, más vergüenza. El fin de una vida normal. La cirugía. La cicatriz y la experiencia que vas a tratar de olvidar pero será recordada por parte de los primos en las reuniones familiares, en las rumbas si es que alguna loca chismosa se enteró o cada vez que el cuerpo te pida usar sus vías de evacuación.

Hugo, no sé si en algo ayude todo este asunto de la botella. Si te pone a pensar sobre lo que vas a hacer pero creo que ya la botella está ahí y hay que sacarla. Sólo que sabes que no va a ser tan fácil si está bien adherida y sabes que puede ser una experiencia dolorosa.

De verdad espero que esto te sirva si no para pensar en cómo sacarte a Francisco al menos para que no se te ocurra nunca en la vida meterte una botella.

Un abrazo,

domingo, enero 10, 2010

¿Para qué una relación?

Estos días estoy tratando de encontrar respuesta a una pregunta que parece fácil de responder pero que al menos en mi caso no sólo ha sido difícil si no que buscando una respuesta he llegado al punto de cuestionar incluso mi relación actual.

La pregunta es sencilla: ¿Para qué una relación? Que es más o menos preguntar para qué ponerse en el trabajo de conseguir y convivir con una pareja. Las respuestas pueden ser muchas pero las que se me han ocurrido no parecen ser suficientes. Estas son algunas de ellas:

Soledad: Considerando que muchas personas temen a estar solas, pudiéramos considerar que buscan una pareja simplemente para sentir que hay alguien cerca. Algo como conseguirse un perro para que haya quien ’mueva la cola’ cuando llegue a la casa.

Vacios: Este tema puede tener mucho de hondo y de ancho pero igual podemos suponer que muchas personas buscan una pareja para que sea ésta la que le llene los vacíos afectivos y emocionales. En muchos casos terminan creando y manteniendo una dependencia con la pareja y hasta asumiendo el rol de hijo o de papá.

Sexo: Esta respuesta me la dio un amigo con una frase: “Es para no tener que estar rebuscándose todos los días, porque se sabe que hay comida en la casa.” En ese caso diríamos que se tendría una relación para poder tener sexo sin condón y/o poder poner en práctica esas pequeñas perversiones que no se pueden cumplir en los videos, saunas, cabinas o demás.

Interés: Como de todo se ve en la viña del señor, no se pueden dejar a un lado los casos en los cuales la relación no es más que el vehículo para la satisfacción de las necesidades y deseos propios a través de los recursos de la pareja.

Ocio: Si, simple ocio. Tener una pareja por el simple hecho de no tener algo mejor que hacer o porque lo estaba matando el aburrimiento el fin de semana.

Drama: Hay personas que sencillamente no les gusta vivir una vida ‘plana’ sin problemas, sin celos, sin reclamos, sin espectáculos.

Compartir: Esta es una razón que suena bien. Buscar una relación para tener a alguien con quien compartir, alguien a quien dar. Pero ¿acaso no se comparte con los amigos y la familia? ¿Una invitación a cine, a comer a pasear no es algo que se puede hacer prácticamente con cualquier persona? En este caso no estamos hablando de que la persona con quien se comparte lo merezca o no, solo que exista alguien que reciba lo que queremos dar.

Crecer: Esta respuesta también es agradable a nuestros oídos. Se busca a una pareja para aprender del otro. Para poder sentir que a través de la convivencia con el otro cada día se hacen mejores personas y que si en algún momento se separan van a salir mejor de lo que entraron. Esta respuesta es muy ‘de reina’ y probablemente muy ideal. No será acaso que buscar crecer con el otro es dejar ver que no se es capaz de crecer por sí solo.

Viendo las diferentes opciones se pudiera concluir que cada una por sí sola no tiene el peso suficiente como para decir que justifican la energía y recursos necesariamente invertidos en una relación. Esto nos deja dos opciones, o que es una mezcla de todo en diferentes proporciones o sencillamente una respuesta final, que no hay un ‘para qué.’ Que las personas no piensan para qué se van a meter en una relación o buscar pareja. Simplemente es algo ‘que pasa.’ Esto dejaría ver que las relaciones, en especial a largo plazo, no son un proyecto de vida de los homosexuales lo que a su vez es una conclusión lógica. Es precisamente el camino marcado para el heterosexual promedio que no se hace estas preguntas porque la respuesta ya está dada, ya sabe que su vida se define como el ciclo de buscar una pareja, casarse, tener hijos y dejar que se vayan para envejecer acompañado.

Entonces les dejo a ustedes la pregunta: ¿Para qué una relación? Para no estar solos, llenar vacios, sexo seguro, interés, ocio, falta de drama, compartir, crecer o sencillamente el homosexual promedio no se hace esa pregunta.

Posdata 1: Me atrevo a suponer que el homosexual promedio no se interesa en mantener relaciones a largo plazo porque no necesita estar con alguien hasta terminar de criar los hijos, como en una relación heterosexual. El homosexual promedio empieza a hacerse estos cuestionamientos sobre una relación que perdure en el tiempo muchas veces cuando ya no hay tiempo, cuando ya está viejo y no tiene a alguien con quien haya construido una relación duradera y sólida. Cuando no quedan más caminos que hacer lo necesario para parecer joven y mantener a alguien a su lado por todos los medios.

Posdata 2: Estoy seguro que ustedes no son ‘promedio.’

jueves, agosto 27, 2009

Rapidito: Mis virgos

A principio de año me hice la carta astral. Este proceso consiste en que un círculo con símbolos y líneas de colores que se cruzan de acuerdo a la posición de los planetas, determine qué le va a pasar a uno en la vida. De todas las cosas que me dijo la señora, una me pareció bastante interesante y es que para el segundo semestre de este año por fin iba a conseguir novio…. Bueno, dijo ‘alguien’ con quien iba a tener una relación. Alguien a quien ya conocía y cuyo signo zodiacal es virgo. Así que desde esos días he estado preguntando a muchos de mis conocidos cuándo cumplen años para saber cuál es el signo e intuir si pudieran llegar a ser aquel pronosticado 'alguien.'

No es una muy buena noticia que mi futuro novio sea virgo porque no me caen muy bien. Por mi experiencia personal se vuelven locos fácilmente. Además una definición pseudo-científica de los virgo dice que son buenos esposos y padres pero que no son apasionados en el amor y no confían en las personas porque tampoco es que confíen mucho en sí mismos. Nada más el hecho de la poca pasión y la desconfianza me bastaría para no ver futuro en una relación. Pero bueno, es de mi futuro novio del que estamos hablando así que tampoco me voy a poner quisquilloso.

Del monitoreo de mis virgos conocidos di con tres candidatos. A algunos de ellos los conocí primero personalmente pero me sorprende haberlos encontrado a todos en el - que yo he de denominado- Mercado Abierto Nacional de Hombres que Urgentemente Necesitan Tirar o MANHUNT. Estos candidatos son Manuel, Jorge y Felipe.

Manuel ya ha aparecido en varias publicaciones pero si no lo recuerdan fue mi primer amor. Es un ingeniero químico, tiene 26, inteligente y simpático pero que últimamente pasa mucho tiempo en su propio mundo. De este candidato se encargó el destino porque se fue para México y sólo vuelve el próximo año.

Jorge es un comunicador de 28 años muy sexy, muy bonito, de esos con los que uno sale y todo el mundo mira. Cuando lo conocí salimos algunas veces pero no me gustó que casi no encontrábamos de qué hablar y que los besos eran muy apresurados. Lo volví a contactar luego de un tiempo y salimos otra vez pero me di cuenta que tengo un gran problema, me gustan los tipos que muestran interés y este es reactivo pero no proactivo. No hemos vuelto a hablar.

Felipe, un próximo publicista de 22 años era el último candidato pero en algún momento todo salió mal. Lo conocí por MANHUNT y hablamos mucho por Messenger. Luego hablamos personalmente, nos dimos besos, salimos, bailamos pero a la hora de descubrir cómo se veía sin ropa no me dieron ganas. Me lo explico porque yo -al igual que decenas de personas- ya lo conocía desnudo desde todos los ángulos, como lo mostraban las fotos que tenía en su perfil. Finalmente se fue para Paris, me llamo algunas veces y lo último que recibí de él fue un correo con una lista de reclamos. Tampoco hemos vuelto a hablar.

Desde mi experiencia puedo concluir entonces que la carta astral no es un mecanismo recomendado cuando uno está dispuesto a encontrar a alguien con quien vivir una relación. De todas formas este semestre no ha terminado y uno no sabe qué pueda acontecer en los próximos meses. Sin embargo me arriesgo a decir que le va a quedar un poco difícil al destino ‘cuadrarme’ con un virgo porque estoy muy contento con mi actual novio, que por cierto, es géminis.

Un gusto saludarlos.