Ayer volví a hablar con Manuel luego de mucho tiempo. No se porqué me llamó pero no lo pensé y fui a encontrarme con él para comer algo y hablar. Y eso hicimos. Hablamos y le conté de mi vida y él de la suya y lo disfrute como siempre hago porque el tiempo me pasa rápido con él. Podemos hablar de muchas cosas y todas diferentes y parece que nunca acabamos y no puedo dejar de mirarlo y pensar en la oportunidad perdida, en lo que no fue.
Fue hace como cuatro años. Cuando eso yo salía a rumbear con Alex quien estaba entusiasmado con un nuevo ‘levante’ llamado Juan David. En la rumba conocí al amigo de Juan David llamado Manuel y en principio no le 'paré muchas bolas.' En esa época lo que menos me interesaba era tener problemas en la casa y por eso nunca daba el número de teléfono fijo. Si acaso, si surgía algo en la rumba, le pedía el número al sujeto en cuestión con casi la total seguridad de que yo no iba a llamar. Pero esa vez no fui yo, fue Manuel quien insistió muchas veces y yo no cedía, pero no se rindió y fue hasta Envigado con Juan David y Alex y esa madrugada le di el número de mi casa y él el de la suya. Al día siguiente, domingo, me llamó y hablamos. Le confesé que no pensaba llamarlo pero que ya que el llamaba podíamos seguir hablando. Por esa época llegó la promoción de 'Pioneros de Ola' y yo tenía mi primer teléfono móvil y estaba a la espera de que me lo activaran. Esa semana hablamos en la noche y casi cada noche. Llegaba tarde a mi casa y lo llamaba o me llamaba y tanto fue que una vez mi mamá, quien ya me había advertido que me esperaba para hablar, al ver que llegué pero que nunca pasé de la sala, se levantó furiosa y me colgó el teléfono.
La alegría llegó con la activación de mi línea y las llamadas interminables y en todas partes. Manuel se volvió parte casi omnipresente de mis días. Recuerdo que en las primeras semanas le escribí una carta y él otra a mí. Y fuimos a piscina juntos y fuimos a ‘ver televisión’ y tuve la oportunidad de estar con él por primera vez y con tantas ganas. Porque yo ya sabía que era mucho el gusto por este hombre, que era algo más allá y no lo podía definir porque antes no había sentido algo similar. Cuando tuvimos sexo lo hice con ganas, con muchas ganas y creo que eso le gustó y eso lo sintió y hasta ayudó de alguna forma para que accediera a serle infiel a su actual relación alguna vez. Y pasaron los días llenos de mensajes de texto y de llamadas que rompían nuevos records, creo que el máximo tiempo feron dos horas y todo con los minutos a 30 pesos.
El tiempo pasó rápido y ya iban a cumplirse tres meses. No es que yo los tuviera siempre presentes pero si me acordaba de la fecha en la que nos conocimos. Y es que no quería ser intenso porque Manuel había salido de una relación en la cual el tipo lo cansó con su intensidad que al final fueron hasta amenazas con hacerle un escándalo al frente de la casa y eso no era lo que yo quería para Manuel. Yo quería conservarlo y no me era difícil no ser intenso cuando sabía que el estaba ahí y por eso nuestra relación no llegó a tener otro nombre oficial que no fuera un ‘parchecito bacano’ porque era como un ‘parche’ un ‘one night stand’ de muchas noches. Así iba todo, muy bien, muy rico, tanto que le llegué a decir que me estaba ‘empeliculando’ o lo que no le llegué a decir, que me estaba haciendo más falta de lo normal, que estaba sintiendo algo más por él y que el ‘parchecito bacano’ ya no me estaba bastando pero no quería espantarlo y nunca le dije que me estaba enamorando de él. Tampoco le dije nunca ‘nene’ o ‘bebe’ porque no me gustaban esas cosas pero teníamos nuestro código y a cambio yo le decía ‘parcerito’ y en vez de un ‘te quiero’ le enfátizaba un ‘en la buena.’
En mi casa las cosas no iban bien. De un momento a otro comencé a salir los fines de semana y a hablar por teléfono largo rato y anotar cosas en una agenda. Mi mamá no es boba y estoy seguro que ella sabía que era un hombre y empezó a ‘tirármelas’ a decirme que estaba raro, que estaba cambiado y que estaba generando conflicto en la casa. Hasta una tarde. Tarde de sábado, día en la noche en el que había quedado de verme con Manuel. Esa tarde mi mamá me vendió una idea, me dijo que yo debía cambiar, que debía dejar lo que estaba haciendo, que era malo y cambiar y ser una mejor persona, para que las cosas en la casa y en mi vida funcionaran. Fue una de esas conversaciones indirectas en las que ella no dijo explícitamente a que se referiría pero que era muy claro y me cogió bajito de defensas y me dejó mal. Me vendió la idea de que para estar bien en la casa tenía que acabar lo que estuviera haciendo en la calle y me vendió la idea de esa vida normal, de esa vida con novia, esposa e hijos en total felicidad. Cuando me encontré con Manuel yo estaba mal, casi no llego y estaba lloviendo mucho. Íbamos a ‘ver televisión’ pero todo estaba ocupado. Fuimos a cualquier parte y regrese temprano a mi casa. Lo siguiente que hice, llorando, fue escribirle una carta a Manuel. Una carta para decirle que estaba decidido a cambiar a conseguir novia a tener otra vida y que aunque me dolía mucho no iba a seguir en contacto con él. Le agradecí lo bueno que habíamos pasado y hasta donde recuerdo le dije algo como que ‘habían sido los tres meses más chimbas de mi vida.’ Le deje la carta con un conocido y no lo volví a llamar.
Tres semanas después, le dije a mi mamá que no veía resultados, que no veía cambios en la situación de la casa y que la verdad sentía que había perdido mi tiempo cambiando algo que ella no había notado, algo que ella ni siquiera era capaz de decirme qué era, porque así fue, ella nunca me dijo qué era lo que necesitaba cambiar y yo había sacrificado algo maravilloso. En mi tendencia a ser radical, por aquello de que una vez tomada una decisión no hay marcha atrás y digamos que en una muestra estúpida de orgullo, no volví a llamar a Manuel por más falta que me hiciera, hasta mucho tiempo después. Volvimos a hablar y me volvió a alegrar la vida, porque eso es algo que si tiene ese man, la capacidad de alegrarme el día y por eso lo he llamado en momentos en los que estoy triste y él ha aparecido para hacerme sentir mejor. Cuando hablamos me contó de sus aventuras y de cómo conoció a alguien en su universidad que ahora era su novio y que hasta este momento lo sigue siendo.
Así, de forma muy tonta perdí a un man con el que en verdad he sentido que puedo amar y le agradezco mucho eso, que me mostrara lo que puedo llegar a sentir aunque hasta el día de hoy no lo haya vuelto a sentir. Hasta el día de hoy no he querido hablar por teléfono con alguien hasta que me duela la oreja o mandarle cientos de mensajes de texto y llamarlo para que me acompañe todo el trayecto desde que tomo el bus del trabajo a mi casa. Con Manuel aprendí que tengo corazón y lamento no tenerlo a mi lado ahora.
En alguna parte leí que uno sólo ama una vez y las demás veces lo que hace es tratar de emular la primera. Me da tristeza pensar que yo ya haya vivido mi primera y única vez justo cuando no estaba preparado para hacerlo y que ahora que me siento preparado, ya no vaya a llegar.
Escribir esto me hizo llorar… tengo corazón.
Fue hace como cuatro años. Cuando eso yo salía a rumbear con Alex quien estaba entusiasmado con un nuevo ‘levante’ llamado Juan David. En la rumba conocí al amigo de Juan David llamado Manuel y en principio no le 'paré muchas bolas.' En esa época lo que menos me interesaba era tener problemas en la casa y por eso nunca daba el número de teléfono fijo. Si acaso, si surgía algo en la rumba, le pedía el número al sujeto en cuestión con casi la total seguridad de que yo no iba a llamar. Pero esa vez no fui yo, fue Manuel quien insistió muchas veces y yo no cedía, pero no se rindió y fue hasta Envigado con Juan David y Alex y esa madrugada le di el número de mi casa y él el de la suya. Al día siguiente, domingo, me llamó y hablamos. Le confesé que no pensaba llamarlo pero que ya que el llamaba podíamos seguir hablando. Por esa época llegó la promoción de 'Pioneros de Ola' y yo tenía mi primer teléfono móvil y estaba a la espera de que me lo activaran. Esa semana hablamos en la noche y casi cada noche. Llegaba tarde a mi casa y lo llamaba o me llamaba y tanto fue que una vez mi mamá, quien ya me había advertido que me esperaba para hablar, al ver que llegué pero que nunca pasé de la sala, se levantó furiosa y me colgó el teléfono.
La alegría llegó con la activación de mi línea y las llamadas interminables y en todas partes. Manuel se volvió parte casi omnipresente de mis días. Recuerdo que en las primeras semanas le escribí una carta y él otra a mí. Y fuimos a piscina juntos y fuimos a ‘ver televisión’ y tuve la oportunidad de estar con él por primera vez y con tantas ganas. Porque yo ya sabía que era mucho el gusto por este hombre, que era algo más allá y no lo podía definir porque antes no había sentido algo similar. Cuando tuvimos sexo lo hice con ganas, con muchas ganas y creo que eso le gustó y eso lo sintió y hasta ayudó de alguna forma para que accediera a serle infiel a su actual relación alguna vez. Y pasaron los días llenos de mensajes de texto y de llamadas que rompían nuevos records, creo que el máximo tiempo feron dos horas y todo con los minutos a 30 pesos.
El tiempo pasó rápido y ya iban a cumplirse tres meses. No es que yo los tuviera siempre presentes pero si me acordaba de la fecha en la que nos conocimos. Y es que no quería ser intenso porque Manuel había salido de una relación en la cual el tipo lo cansó con su intensidad que al final fueron hasta amenazas con hacerle un escándalo al frente de la casa y eso no era lo que yo quería para Manuel. Yo quería conservarlo y no me era difícil no ser intenso cuando sabía que el estaba ahí y por eso nuestra relación no llegó a tener otro nombre oficial que no fuera un ‘parchecito bacano’ porque era como un ‘parche’ un ‘one night stand’ de muchas noches. Así iba todo, muy bien, muy rico, tanto que le llegué a decir que me estaba ‘empeliculando’ o lo que no le llegué a decir, que me estaba haciendo más falta de lo normal, que estaba sintiendo algo más por él y que el ‘parchecito bacano’ ya no me estaba bastando pero no quería espantarlo y nunca le dije que me estaba enamorando de él. Tampoco le dije nunca ‘nene’ o ‘bebe’ porque no me gustaban esas cosas pero teníamos nuestro código y a cambio yo le decía ‘parcerito’ y en vez de un ‘te quiero’ le enfátizaba un ‘en la buena.’
En mi casa las cosas no iban bien. De un momento a otro comencé a salir los fines de semana y a hablar por teléfono largo rato y anotar cosas en una agenda. Mi mamá no es boba y estoy seguro que ella sabía que era un hombre y empezó a ‘tirármelas’ a decirme que estaba raro, que estaba cambiado y que estaba generando conflicto en la casa. Hasta una tarde. Tarde de sábado, día en la noche en el que había quedado de verme con Manuel. Esa tarde mi mamá me vendió una idea, me dijo que yo debía cambiar, que debía dejar lo que estaba haciendo, que era malo y cambiar y ser una mejor persona, para que las cosas en la casa y en mi vida funcionaran. Fue una de esas conversaciones indirectas en las que ella no dijo explícitamente a que se referiría pero que era muy claro y me cogió bajito de defensas y me dejó mal. Me vendió la idea de que para estar bien en la casa tenía que acabar lo que estuviera haciendo en la calle y me vendió la idea de esa vida normal, de esa vida con novia, esposa e hijos en total felicidad. Cuando me encontré con Manuel yo estaba mal, casi no llego y estaba lloviendo mucho. Íbamos a ‘ver televisión’ pero todo estaba ocupado. Fuimos a cualquier parte y regrese temprano a mi casa. Lo siguiente que hice, llorando, fue escribirle una carta a Manuel. Una carta para decirle que estaba decidido a cambiar a conseguir novia a tener otra vida y que aunque me dolía mucho no iba a seguir en contacto con él. Le agradecí lo bueno que habíamos pasado y hasta donde recuerdo le dije algo como que ‘habían sido los tres meses más chimbas de mi vida.’ Le deje la carta con un conocido y no lo volví a llamar.
Tres semanas después, le dije a mi mamá que no veía resultados, que no veía cambios en la situación de la casa y que la verdad sentía que había perdido mi tiempo cambiando algo que ella no había notado, algo que ella ni siquiera era capaz de decirme qué era, porque así fue, ella nunca me dijo qué era lo que necesitaba cambiar y yo había sacrificado algo maravilloso. En mi tendencia a ser radical, por aquello de que una vez tomada una decisión no hay marcha atrás y digamos que en una muestra estúpida de orgullo, no volví a llamar a Manuel por más falta que me hiciera, hasta mucho tiempo después. Volvimos a hablar y me volvió a alegrar la vida, porque eso es algo que si tiene ese man, la capacidad de alegrarme el día y por eso lo he llamado en momentos en los que estoy triste y él ha aparecido para hacerme sentir mejor. Cuando hablamos me contó de sus aventuras y de cómo conoció a alguien en su universidad que ahora era su novio y que hasta este momento lo sigue siendo.
Así, de forma muy tonta perdí a un man con el que en verdad he sentido que puedo amar y le agradezco mucho eso, que me mostrara lo que puedo llegar a sentir aunque hasta el día de hoy no lo haya vuelto a sentir. Hasta el día de hoy no he querido hablar por teléfono con alguien hasta que me duela la oreja o mandarle cientos de mensajes de texto y llamarlo para que me acompañe todo el trayecto desde que tomo el bus del trabajo a mi casa. Con Manuel aprendí que tengo corazón y lamento no tenerlo a mi lado ahora.
En alguna parte leí que uno sólo ama una vez y las demás veces lo que hace es tratar de emular la primera. Me da tristeza pensar que yo ya haya vivido mi primera y única vez justo cuando no estaba preparado para hacerlo y que ahora que me siento preparado, ya no vaya a llegar.
Escribir esto me hizo llorar… tengo corazón.
8 comentarios:
Varon, las cosas suceden asi y ya, fue una decisión y eso no se cambia, todo en la vida aun las cosas malas tienen un proposito, no piense que no va a llegar alguien porque de la misma forma en la que se fue él tambien llegara otra persona, otro mundo que le mostrará un paraiso lleno de colores inimaginables.
Si bien es cierto (para mi lo es) que el primer amor ni se olvida, ni arranca ni se extingue, uno puede volver a amar, diferente....
Quien sabe, a lo mejor el amor de su vida, o aquel que le ame este a la vuelta del metro?
Y se me aguaron los ojos de leer este post........ mis excesos de sensibilidad... en fin.
Saludos
Hola Andrés,
Estoy de acuerdo con Akira.... el primer amor nunca se olvida; pero lo que no comparto es la visión pesimista que el amor solamente se da una vez en la vida.
Uno se "parcha" muchas veces, se "encarreta" otras tantas, se "encoña" algunas veces y una que otra se enamora.
Sigue el rumbo de tu vida, y ten la seguridad que todavía te falta escribir unas cuantas historias, algunas buenas o otras no tanto, pero que al final son parte de lo que cada uno de nosotros hace y vive.
Una de las mayores enseñanzas que he recibido en mi vida, y no solamente a nivel sentimental, sino también profesional y laboral es el valor de la HUMILDAD.
Humildad no significa tener una actitud pasiva, sumisa y callada ante la vida.
Significa tener la valentía para aceptar que se han cometido errores y la capacidad para enmendarlos cuando se puede o la inteligencia para no repetirlos cuando no se puede.
Ojo con tu mamá... yo también soy paisa y te digo con conocimiento de causa que la autora de nuestros días tiene un poder in inimaginable sobre nosotros, ella puede ser tu mejor amiga y aliada, siempre que hables claro y con sinceridad.
Nota: pido excusas a cualquier lector ocasional diferente de Andrés por los términos usados de las mas pura raigrambre paisa.
Para cualquiera que no los entienda; se darán gustosamente aclaraciones por el interno.
Saludos.
Un muy buen amigo mío dice que al primero se le quiere más, pero a los que vienen después se les quiere mejor. Soy una voz poco autorizada para hablar al respecto porque estoy en el primero, pero lo cierto es que a veces es mejor adoptar la filosofía de "al que le van a dar le guardan" que lamentar hecho un mar de lágrimas lo que se pudo haber hecho y no se hizo.
Un abrazote. Y tranqui, la foto sólo se publicita si todas las partes acceden, en caso contrario, se coloca en facebook y ya.
Redundar sería decir: si parce, el amor se da una vez y tatata ...
primero que todo, sabes que tenes un corazón, y que al aprecer es mas grande de lo que crees ... segundo, uno ama con intensidad al primero ... pero estoy más que seguro que el amor llega, siempre, buscandolo o sin hacerlo, pero llega ... y no creo que la experiencia del primer amor con Manuel se haya terminado, si parce, como oye ... para mi que eso esta es en bajo ... (No solo Monchis puede usar regionalismos).
La verdad es que a pesar de que el amor sea algo pasional, es algo que se tiene que tratar con cabeza fría, porque vos mismo te das cuenta cuando llega, cuando empieza y cuando termina ...
No estoy de acuerdo con decir que sólo se ama una vez en la vida. En mi caso lo he hecho más de una vez... me he sentido enamorado pero de distintas maneras y con intensidades diferentes.
Que si bien es cierto que el primer amor no se olvida, los demás tampoco y por motivos diferentes... la idea es no olvidar lo que se dejó de hacer o lo que se hizo a medias para no volver a cometer los mismos errores; y repetir, con mas frecuencia y sin prevenciones de orgullo, las cosas buenas que tal vez se hicieron en contadas ocasiones.
¡Saludos Sagicuario!
Hola Andres un fuerte abrazo para un corazón arrugadito. Yo también hice algo por el estilo y ahora también tengo mis recuerdos tristes pero aprendí con Chavela Vargas que no debo arrepentirme de nada y que no debo dejar cosas sin hacer. Fue muy rico ver a esa mujer a sus setenta y pico decir a plena voz en el cierre del festival de teatro de hace dos años "Y quien me quita lo bailado?"
No sólo tú has llorado al escribirlo, a mi me ha conmovido mucho leer esto... Pese a lo triste, es una historia bella, que seguro ayudara a mas de uno que anda confundido por ahí, pensando en la idea de "vida normal"... Saludos!
Hermosa y reflexiva entrada. También supe que era aquello de cederle a Colombia Móvil - Ola millones de pesos de mi salario a cambio de que me dejara hablar por madrugadas y días enteros con alguien a quien amé demasiado. Mas no siempre fue verdadero aquello de "Ola y comunícate feliz", tristes noticias llegaron como haberse ido el sentimiento. Quizás, ahora, tiempo después de haber escrito aquellas palabras, puedas revisar qué tanto te ha cambiado la vida -ignoro si tu afecto hubiera reverdecido o superado al que sentiste por Manuel-, sólo vos vas por tu vida y en cualquier rinconcito hay alguien espiándote, con ganas de agarrarte a picos y mostrarte que este bello misterio que se llama amor está en constante renovación.
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