Estos días estoy tratando de encontrar respuesta a una pregunta que parece fácil de responder pero que al menos en mi caso no sólo ha sido difícil si no que buscando una respuesta he llegado al punto de cuestionar incluso mi relación actual.
La pregunta es sencilla: ¿Para qué una relación? Que es más o menos preguntar para qué ponerse en el trabajo de conseguir y convivir con una pareja. Las respuestas pueden ser muchas pero las que se me han ocurrido no parecen ser suficientes. Estas son algunas de ellas:
Soledad: Considerando que muchas personas temen a estar solas, pudiéramos considerar que buscan una pareja simplemente para sentir que hay alguien cerca. Algo como conseguirse un perro para que haya quien ’mueva la cola’ cuando llegue a la casa.
Vacios: Este tema puede tener mucho de hondo y de ancho pero igual podemos suponer que muchas personas buscan una pareja para que sea ésta la que le llene los vacíos afectivos y emocionales. En muchos casos terminan creando y manteniendo una dependencia con la pareja y hasta asumiendo el rol de hijo o de papá.
Sexo: Esta respuesta me la dio un amigo con una frase: “Es para no tener que estar rebuscándose todos los días, porque se sabe que hay comida en la casa.” En ese caso diríamos que se tendría una relación para poder tener sexo sin condón y/o poder poner en práctica esas pequeñas perversiones que no se pueden cumplir en los videos, saunas, cabinas o demás.
Interés: Como de todo se ve en la viña del señor, no se pueden dejar a un lado los casos en los cuales la relación no es más que el vehículo para la satisfacción de las necesidades y deseos propios a través de los recursos de la pareja.
Ocio: Si, simple ocio. Tener una pareja por el simple hecho de no tener algo mejor que hacer o porque lo estaba matando el aburrimiento el fin de semana.
Drama: Hay personas que sencillamente no les gusta vivir una vida ‘plana’ sin problemas, sin celos, sin reclamos, sin espectáculos.
Compartir: Esta es una razón que suena bien. Buscar una relación para tener a alguien con quien compartir, alguien a quien dar. Pero ¿acaso no se comparte con los amigos y la familia? ¿Una invitación a cine, a comer a pasear no es algo que se puede hacer prácticamente con cualquier persona? En este caso no estamos hablando de que la persona con quien se comparte lo merezca o no, solo que exista alguien que reciba lo que queremos dar.
Crecer: Esta respuesta también es agradable a nuestros oídos. Se busca a una pareja para aprender del otro. Para poder sentir que a través de la convivencia con el otro cada día se hacen mejores personas y que si en algún momento se separan van a salir mejor de lo que entraron. Esta respuesta es muy ‘de reina’ y probablemente muy ideal. No será acaso que buscar crecer con el otro es dejar ver que no se es capaz de crecer por sí solo.
Viendo las diferentes opciones se pudiera concluir que cada una por sí sola no tiene el peso suficiente como para decir que justifican la energía y recursos necesariamente invertidos en una relación. Esto nos deja dos opciones, o que es una mezcla de todo en diferentes proporciones o sencillamente una respuesta final, que no hay un ‘para qué.’ Que las personas no piensan para qué se van a meter en una relación o buscar pareja. Simplemente es algo ‘que pasa.’ Esto dejaría ver que las relaciones, en especial a largo plazo, no son un proyecto de vida de los homosexuales lo que a su vez es una conclusión lógica. Es precisamente el camino marcado para el heterosexual promedio que no se hace estas preguntas porque la respuesta ya está dada, ya sabe que su vida se define como el ciclo de buscar una pareja, casarse, tener hijos y dejar que se vayan para envejecer acompañado.
Entonces les dejo a ustedes la pregunta: ¿Para qué una relación? Para no estar solos, llenar vacios, sexo seguro, interés, ocio, falta de drama, compartir, crecer o sencillamente el homosexual promedio no se hace esa pregunta.
Posdata 1: Me atrevo a suponer que el homosexual promedio no se interesa en mantener relaciones a largo plazo porque no necesita estar con alguien hasta terminar de criar los hijos, como en una relación heterosexual. El homosexual promedio empieza a hacerse estos cuestionamientos sobre una relación que perdure en el tiempo muchas veces cuando ya no hay tiempo, cuando ya está viejo y no tiene a alguien con quien haya construido una relación duradera y sólida. Cuando no quedan más caminos que hacer lo necesario para parecer joven y mantener a alguien a su lado por todos los medios.
Posdata 2: Estoy seguro que ustedes no son ‘promedio.’